jueves, 28 de junio de 2012

Se necesitan hechos, no meras palabras, para hacer frente a los crímenes de odio homofóbico


Lo que de verdad hace falta es que a los niños en las escuelas se les enseñe la diferencia y que la diferencia no es mala, que no importa si alguien es gay o no gay.
Hristina Stoyanova, madre de un estudiante de medicina muerto a golpes en 2008 en Sofía debido a su supuesta orientación sexual
Las leyes búlgaras deben someterse con urgencia a una revisión general para garantizar que los crímenes de odio que con excesiva frecuencia tienen como víctimas a gays, lesbianas, bisexuales y personas transgénero (LGBT) se investigan adecuadamente y que se enjuicia a sus autores, recomienda Amnistía Internacional en un informe publicado hoy. 
“Decenas de personas LGBT han sido golpeadas, violadas y, en un caso, asesinadas debido a su orientación sexual o identidad de género reales o supuestas. La mayoría de estos delitos no han sido investigados de manera adecuada y han quedado impunes”, ha afirmado Emily Gray, experta de Amnistía Internacional en orientación sexual e identidad de género.
“Las autoridades búlgaras no sólo están incumpliendo su deber de poner de manifiesto la motivación homofóbica o transfóbica con la que se perpetran estos delitos, sino que tampoco están poniendo a disposición judicial a sus autores.”
El informe de Amnistía Internacional, Cambiar las leyes, cambiar las mentes: Cuestionar los crímenes de odio homofóbicos y transfóbicos en Bulgaria, se centra en la inacción de la policía y los fiscales a la hora de ocuparse con eficacia de los delitos contra las personas LGBT debido a actitudes discriminatorias generalizadas y profundamente arraigadas hacia esas personas.
“Debido a la ausencia de legislación sobre los crímenes de odio por motivos de orientación sexual e identidad de género, casi nunca se buscan o se dan a conocer las motivaciones. Es importante sacar a la luz las motivaciones para que la policía pueda desarrollar estrategias efectivas a fin de reducir y prevenir estos crímenes”, ha afirmado Emily Gray. 
Mihail Stoyanov, estudiante de medicina de 25 años de edad, fue golpeado hasta la muerte en un parque de Sofía el 30 de septiembre de 2008. En 2010 se detuvo a dos jóvenes como sospechosos. Se presentaron en su contra cargos de “homicidio con motivación de vandalismo”, estuvieron bajo arresto domiciliario durante dos años y después quedaron en libertad porque el fiscal no dictó acta de acusación formal durante ese periodo. 
Ivelina, Kaloyan, Mitko, Kristina y Svetlio fueron atacados por un grupo de hombres jóvenes después de la última marcha del Orgullo en Sofía. 
A tres de ellos los arrojaron al suelo a puñetazos y patadas. Cuando los cinco denunciaron el ataque, la policía les preguntó primero si lo habían provocado.
Un año después, la policía sigue sin identificar a los autores y dice que no considera prioritario el caso. “Quiero que este caso se resuelva. Es importante porque el mensaje será que las autoridades se preocupan y pueden resolver estas cuestiones”, dijo Ivelina a Amnistía Internacional.
Las personas transgénero hacen frente a una discriminación adicional y sufren ataques con más frecuencia que lesbianas, gays y bisexuales. En algunos casos, según informes, la policía se ha negado a investigar la violencia contra personas transgénero. Las actitudes discriminatorias les impiden con frecuencia encontrar trabajo, y muchas recurren a ejercer el sexo como profesión para sobrevivir.   
Las autoridades búlgaras han tomado algunas medidas para garantizar la igualdad de personas LGBT, como la despenalización de la conducta homosexual y la equiparación de la edad de libre consentimiento, en 2002, y la prohibición de la discriminación por motivos de orientación sexual en la Ley de Protección contra la Discriminación en 2004. 
En marzo de 2012, agentes de policía asistieron en Sofía a sesiones de formación sobre la manera de tratar con sensibilidad los crímenes de odio. Y la versión más reciente de un nuevo Código Penal presentado para consulta en abril de 2012 incluye los crímenes de odio por motivos de orientación sexual. Pero aún queda mucho por hacer. 
“Es necesario tomar medidas urgentes para contrarrestar las actitudes que responden a prejuicios y la homofobia y la transfobia omnipresentes. La adopción e implementación de legislación que incluya y defina como crímenes de odio los ataques dirigidos contra personas a causa de su orientación sexual o identidad de género reales o supuestas es un primer paso importante”, ha afirmado Emily Gray. 
“Las autoridades búlgaras deben manifestar claramente que no se tolerarán los ataques contra personas que son gays, lesbianas, bisexuales o transgénero o a las que se percibe como tales; y que se investigarán exhaustivamente tales ataques y se enjuiciará a sus autores.”

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